El tema juguetes es uno de los que más dañan los bolsillos, sobre todo
los primeros años, porque el terror a que el niño se envenene o se ahogue
chupando el juguete en cuestión es más acuciante (por alguna razón nos asusta más verle chupar un juguete del chino que lamer el suelo en la calle...)
Y es que, aunque al final lo que más ilusión les hace es
romper el papel de regalo y jugar con la caja (cajas de regalo, de cereales, de
zapatos…), a los papis nos gusta complicarnos la vida y comprar al bebé juguetes
a ser posible educativos, aunque al final acabemos dándonos cabezazos contra la
pared para intentar sacar esa cancioncilla machacona pegadiza de nuestra cabeza.