18 de abril de 2013

¿Dónde están mis tobillos?




Pues sí, primeros días de calor y ya está, ya se ha producido el fenómeno. Me he convertido en mamá elefanta, he perdido mis tobillos :(
Es uno de los síntomas que menos me gustan del embarazo. Mejora algo si pones las piernas en alto pero eso hay que hacerlo sentada, algo que con otro peque del que ocuparse es prácticamente imposible.

Solución alternativa, pensé yo ayer, hacer ejercicio que también es muy bueno. En el embarazo de Pincitas salía todos los días a caminar con la perrita y me daba paseos de al menos una hora a buen ritmo (léase el ritmo que me iba permitiendo la creciente barriguita), lo cual me ayudó a no coger kilos en exceso y me hizo llegar al parto en bastante buena forma, algo que yo creo que me vino muy bien en ese momento y en la recuperación posterior.

Total, que ayer subí al peque en el carrito, cogí a la perrita y ala, al parque que nos fuimos. Pero claro, pasear a buen ritmo empujando el carrito y con una tripa que en 6 meses se me ha puesto como la que tenía en el primer embarazo con 8, es más que agotador. Encima tuve la feliz idea de bajar a Pincitas del carrito para que viniera a mi lado andando... sí ya se, ¿en qué estaba pensando?... eso es otro síntoma del embarazo... las neuronas no funcionan siempre a pleno rendimiento.
Obviamente, por más que yo intentaba que viniera de mi mano animándole con la promesa de ver a los patos 50 metros más allá, él estaba decidido a ejercer de explorador, entreteniéndose con cada ramita, florecilla y brizna de hierba que encontraba a su paso, y eso en un parque es mucho entretenerse.

Resumiendo, que a los patos no llegamos, aunque eso sí, descubrimos las hormigas, lo cual causó en él un gran revuelo, jeje, y volvimos a casa, Pincitas de nuevo subido al carrito, claro, y yo echando los higadillos... pero eso sí, con mis tobillos de elefanta.

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